16/12/23

Un héroe artúrico en la poesía de Taliesin: Urien de Rheged.

"Finding of Taliesin", Henry Clarence White, 1876

En la tierra que hoy conocemos como Gran Bretaña, cuyos habitantes suelen ser llamados “anglosajones”, antaño la habitaban otras gentes, que hablaban una lengua emparentada con el galés y el irlandés, y que nunca dejaron morir la memoria de sus más feroces guerreros y de los versos de sus más virtuosos poetas. Hablamos de los britanos gentes que, suelen ser caracterizadas como bárbaras, de pieles tatuadas de azul y de una religión pagana violenta de druidas y sacrificios en los bosques a demonios cornudos. Es la tierra en la que autores modernos se imaginan habitó el legendario rey Arturo y sus más fieles caballeros. Muchos autores modernos, como Bernard Cornwell, ven a este monarca como un caudillo pagano que se enfrentó a los sajones que invadían la Britania post romana, tan salvaje y pagana como la prerromana. Los autores medievales, como Geoffrey de Monmouth en el s. XII, recuperaron al personaje para crear un pasado heroico de los cristianos de Britania. En este artículo pretendo presentar a un personaje de la Materia de Bretaña que, si Taliesin, no nos miente, vivió y reinó en el reino perdido de Rheged.

Este personaje es Urien, Uryen, Uriens o Uryens, dependiendo de la adaptación de su nombre, y viviría en el Hen Ogledd, “el Viejo Norte”, la región de Inglaterra inmediatamente anterior al muro de Adriano. Su reino, Rheged, se ubicaría en la región de Cumbria, alrededor del Lake District, donde se hablaba el cúmbrico, un dialecto del galés antiguo, en cuyas fronteras encontraríamos a la elusiva Cathraeth. Los otros reinos de la región serían Goddodin, Elmet y Strathclyde; todos ellos de una historicidad mucho más segura que Rheged. Por no abarcar más de lo necesario no daremos un contexto histórico ni en las fuentes arqueológicas que, en los últimos años (con la excavación de Trusty Hill), nos dan derecho a esperanzarnos con algún día encontrar la Rheged histórica. 

El Viejo Norte, como nos muestra el poema trágico Y Goddodin, atribuido al legendario poeta galés Aneirin, se convirtió en el lugar del pasado heroico para los galeses alto y bajo medievales, siendo el escenario de muchos de sus posteriores poemas épicos, y el punto de origen de las genealogías de sus reyes. Dicho poema, según John T. Koch, sería compuesto en el siglo VII y, por tanto, sería contemporáneo a la batalla de que narra, que guarda mucha relación con nuestro Urien: la batalla de Cathraeth. La datación de Koch es polémica, pero está comúnmente aceptado que este texto es, por lo menos de manera oral, tan antiguo como el siglo séptimo de nuestra era.

Mapa del Hen Ogledd hecho por el usuario de Wikimedia Notuncurious

A Taliesin, uno de los primeros poetas en galés, pero de historicidad dudosa, se le atribuyen varios poemas dedicados a Urien. En ellos, recogidos en el Llyr Taliesin (Libro de Taliesin), el autor elogia a Urien de Rheged como un gran general, generoso con su pueblo, y buen cristiano, al menos para los estándares de la época. Es en estos poemas se narra otra batalla de Catraeth. En ambas los britanos se enfrentan a los anglos y sajones de lo que posteriormente sería Northumbria, pero en el Y Goddodin como atacantes y vencidos y en el Llyr Taliesin como atacados y vencedores, dirigidos por nuestro Urien.

La datación de los relatos de Taliesin es un tema peliagudo, siendo solo algunos de dichos escritos considerados como auténticas composiciones de los siglos sextos y séptimo, es decir, obra del propio Taliesin. Los demás son producciones posteriores y aparecen mezclados en la única compilación que tenemos de la obra, datada del siglo XIV. Por suerte para la existencia de Urien, sus poemas son considerados auténticas producciones contemporáneas.

Volviendo sobre Cathraeth, este lugar habitualmente se ha asociado con la ciudad moderna de Catterick basándose en análisis toponímicos enrevesados (pero perfectamente plausibles para la Britania de la Edad Oscura), pero Thomas Williams, basándose en los estudios de Oliver J. Padel, defiende una toponimia más simple, que explica que existiesen dos batallas de mismo nombre pero de resultados radicalmente distintos: cat (batalla) + traeth (costa), “la costa de la batalla”, o “battle-shore” en inglés. Williams asocia, así, este lugar, como un río, una barrera natural que separaría Rheged de los territorios de los sais, los sajones. Para Urien dominar Cathraeth sería motivo de gloria, pues representaba el control de la frontera contra los invasores, pero no significa que debía ser necesariamente una ciudad o fortaleza. Esto se aplica también al Y Goddodin, creando dudas sobre la ubicación de ambas batallas, que no tienen por qué haber sido ni siquiera en la misma Cathraeth ni en la moderna Catterick, muy alejada de los confines clásicos de Rheged para haber sido controlada por Urien (se asocia a la antigua Cataractonium).

Habiendo introducido brevemente el Viejo Norte y las principales fuentes con las que trabajamos para estudiar a un Urien histórico, pasaremos a hablar de nuestro “soberano victorioso en batalla, y rico en ganado” (“battle-victorious, cattle-rich sovereign”, como se le presenta en los poemas del Llyr Taliesin). En estos poemas, Taliesin elogia a Urien como un gran guerrero, protector de Rheged, y cuyas hazañas militares trajeron la prosperidad al reino. Uno de los elogios dice así:

“Neither one settlement nor the second

 can give protection from him

There would be no famine

with the spoils all about him”

En general, parece haber traído de sus campañas grandes y ricos botines, considerados la razón de la prosperidad de Rheged. Taliesin menciona en uno de los poemas que “it is you that I have chosen, though I am not your own” (Arise, Reget, glory of kings), y en otro escribe “wealthy defender of Aeron, who delights greatly in poets and deer” (The Spoils of Taliesin, Poetry for Urien). Si leemos al poeta como el auténtico escritor de los textos, entenderemos que Urien, como rey de Rheged, no solo usaría sus botines para evitar hambrunas, sino para atraer poetas y que estos canten sus hazañas y elogios.

En textos posteriores, como en la Historia Brittonum, un texto del 829/830 producido en Gales que plasma diferentes tradiciones britanas medievales, aunque con un objetivo religioso moralizante que nos impide tratarlo como fuente imparcial; aparece Urien. En esta referencia a nuestro personaje también se menciona a otros tres reyes del Hen Ogledd: Rhydderch, Gwallog y Morcant. Estos cuatro monarcas se enfrentarían a los sajones de lo que sería Northumbria, donde destacó Urien como gran líder militar, para ser luego asesinado por Morcant, por ser el mejor de todos ellos a la hora de hacer la guerra. Además, el texto trata posteriormente a Rhun ap Urien, el hijo de Urien que, tras la muerte de su padre, convierte a los northumbrios al cristianismo.

Esta sección de la obra, que trata en detalle el Viejo Norte, parece derivar de producciones previas hechas por cumbrios, y su inclusión parece responder al interés galés de relacionarse con estas dinastías en las genealogías regias, lo que explica su similitud con la tradición poética. La parcialidad hacia Urien, según John T. Koch, responde a que la creación de este pasaje habría sido en un monasterio fundado por el propio rey o por sus descendientes (reales o no: los galeses gustaban de darse ascendencias legendarias).

Otro texto del siglo IX hace referencia a la muerte de Urien: los poemas reunidos en el Canu Llywarch Hen. Llywarch sería, según las genealogías, un pariente del rey de Rheged que, a su muerte, se le encargó cargar con su cabeza. No especifica el motivo de su muerte, pero se puede asumir que fue en batalla por la actitud del poema. Los temas son similares a los de Taliesin, destacando la generosidad del rey con los poetas y su habilidad para hacer la guerra. La última parte dice así:

“My arm has been caused to tremble. My breast is made to heave. My heart has been broken. I carry a head that carried me”.

Estos poemas no tienen la antigüedad del Llyr Taliesin, habiendo sido compuestos (probablemente) en el siglo noveno (igual que la Historia Brittonum) por un monje de Powys y conservados en el Libro Rojo de Hergest.

Rhun ap Urien sería uno de los hijos de Urien, pero el monarca tuvo otro hijo que, igual que él, trascendería el folklore galés y se convertiría en un personaje clave del ciclo artúrico: Owain, conocido en francés como Yvain o Ywain. Fue protagonista también de poemas de Taliesin, a veces luchando junto a su padre y otras veces en solitario, derrotando a un sajón conocido como Fflamddwyn (“Portador de la Llama”). Ambos personajes aparecen en Triadas Galesas, textos de folclore que relacionan diversos personajes históricos o legendarios, un género muy popular en la producción literaria galesa probablemente por facilitar la memorización a los bardos. En el folclore preartúrico su papel es eclipsado por el de su padre, pero en la tradición artúrica Owain superará a su padre en importancia, tras 500 años a su sombra.

Sir Ywain y su león enfrentándose a un gigante. Ascott R. Hope (1877).

La inclusión de Urien en el ciclo artúrico no será tardía: aparece por primera vez, bajo en nombre de Urian, en la Historia Regum Britanniae, de Geoffrey de Monmouth, obra publicada en 1136 que dará comienzo al ciclo medieval de narrativa artúrica basándose tanto en la Historia Brittonum como en folclore galés relacionado con el legendario rey. En esta obra Urien pasará desapercibido: fue un rey del Norte, de Lot específicamente, cuya propiedad legítima le será restaurada por Arturo. Tras esta breve aparición, su hijo, Owain, será transformado en Sir Yvain por Chrétien de Troyes, convirtiéndose en uno de los personajes más importantes de toda la tradición literaria.

Su padre, sin embargo, tendrá que esperar al ciclo Lancelot-Grial, o la Vulgata, del siglo XIII, para convertirse en un personaje prominente. En este ciclo Urien sería el marido de Morgana, hermanastra de Arturo, y rey de “Gorre”, un lugar de difícil identificación (si es que alguna es posible) pero que, pese a ello, suele asociarse al Norte de Britania, igual que su mítica Rheged. En Le Morte d’Arthur, de Thomas Mallory (s. XV) se mantiene esta tradición, pero en ella Morgana trata de asesinar a Urien a causa de un infeliz matrimonio. Pese a la generosidad mostrada en la poesía tradicional, Urien es representado, desde la Vulgata, como un rebelde y un enemigo de Arturo, pese a convertirse posteriormente en su aliado y en el padre de uno de sus principales caballeros.

Ninguna de las obras del ciclo artúrico son útiles para la Historia, siendo todas ellas producciones literarias basadas pero enormemente distancias del folclore galés. Ni siquiera el rey Arturo, pese a los deseos de muchos estudiosos durante siglos, puede considerarse un personaje histórico, siendo un personaje eminentemente mitológico similar a Fionn mac Cumhail. Urien de Rheged, sin embargo, es aceptado como un personaje histórico gracias a los versos de Taliesin, uno de los escritos conservados más antiguos de toda Britania, pero que sigue bajo constante escrutinio por nuevos estudiosos interesados en la Edad Oscura de Britania. Además, frente a los monstruos fantásticos a los que Arturo se enfrentaba en sus tradiciones más antiguas, Urien se enfrenta a unos enemigos muy reales: sajones. Su inclusión en la leyenda artúrica responde a la expansión de esta, tanto en popularidad como en alcance, adoptando muchos personajes “históricos” y absorbiendo, con el tiempo, leyendas anteriores, como Tristán e Isolda, una tradición narrativa de origen no artúrico.

Tanto Urien como Rheged dependen enteramente de la poesía de Taliesin. No hay ninguna otra mención contemporánea, y la datación de dichos poemas es compleja: los poetas galeses se caracterizaron durante siglos por escribir con un lenguaje arcaizante. Su historicidad depende de la antigüedad de los poemas, y la antigüedad de dichos poemas depende de la historicidad del monarca. Sin embargo, el consenso académico sigue aceptando su datación en el siglo VI, y en esos poemas, pese a las eternas dudas sobre nuestro monarca rico en ganado y victorioso en batalla, podemos ver los ecos de las canciones que sonaron en los salones de señores de la guerra de una época pasada.

“And until I grow old

in the dire compulsión of death’s allotment

I shall not be happy

unless I praise Urien”

Bibliografía:

  • Breeze, A. (2015), Urien Rheged and Battle at Gwen Ystrad. Northern History, LII.
  • Echard, E.; Rouse, R. (ed.) (2017), The Encyclopedia of Medieval Literature in Britain. John Wiley and Sons, Ltd. 
  • Green, T. (2007), Concepts of Arthur. Tempus.
  • Koch, J. T. (2018), The Celtic Heroic Age. Celtic Studies Publications.
  • Williams, T. (2023), Lost Realms. William Collins

17/3/23

¿Qué sabemos del San Patricio real?

Ilustración de San Patricio por Ryan, F. J. y Holden, P. F., en 1904.

En este artículo queremos acercarnos, para conmemorar su día, a la figura de San Patricio, esta vez acercándonos al personaje histórico, sin entrar en su leyenda. Pues, ¿quién fue el San Patricio histórico?

Su figura está oculta bajo 1500 años de tradición religiosa y popular posterior a su vida, siendo visto a veces simplemente como un misionero, en otras como un obispo de pleno derecho con jurisdicción propia, y en sus Vidas más antiguas como un santo poderoso capaz de hacer magia y enfrentarse a los druidas paganos. Según el calendario tradicional de la Iglesia, moriría el año 460 (McCarthy, 2000, pp. 255-257), aunque esta fecha está debatida, así como el inicio de su labor misionera (Richter, 2005, p. 42), así como debatido está su lugar de enterramiento en Downpatrick. Lo poco que sabemos a ciencia cierta sobre el Patrico histórico son dos textos que han sobrevivido hasta nuestros días escritos por el propio santo: la Confessio y la Epistola. En su Confessio, vemos a un Patricio viejo defendiendo su trabajo y obra como misionero y obispo; donde además nos da una breve autobiografía, aunque con ciertos eventos milagrosos, que nos es muy útil para conocer su figura; mientras que la Epistola es una carta a un señor de la guerra irlandés llamado Coroticus que raptaba cristianos, al que intentaba disuadir de esta práctica.

En la Confessio, Patricio nos cuenta que su padre era un aristócrata local, en específico decurión, de origen britano-romano. El santo, a los 16 años, fue raptado por un señor de la guerra irlandés y convertido en esclavo en Irlanda donde aprenderá el idioma de esta isla. Algunas versiones nombran a Niall de los Siete Rehenes como su captor, un personaje importante en las genealogías irlandesas al descender de él la dinastía Uí Neill, pero Patricio no lo nombra en sus textos, por lo que asumimos que es un detalle añadido a posteriori, parte de su extensa tradición. Consiguió huir con ayuda de Dios gracias a varios milagros, y volvería a Irlanda tras aparecérsele un ángel que le decía que su deber era convertirla al cristianismo. En la isla llevaría a cabo su labor misionera, con éxito, pero nos cuenta algunas de las dificultades con las que se encontró: fue incapaz de eliminar la pena capital, solo siendo adaptada; y varios señores de la guerra seguían raptando cristianos, incluso en Irlanda (Hull, 1905, pp. 80-95).

San Patricio en las Crónicas de Nuremberg

Esto es lo poco que tenemos de Patricio de su puño y letra, pero también tenemos otras fuentes sobre su figura: sus Vidas. Las más antiguas, y por ello las más interesantes para acercarnos al Patricio “real”, son las de Muirchú y Tirechán. Ambos textos son textos legendarios, pero dan matices distintos de Patricio. Muirchú nos presenta un Patricio hacedor de milagros, basado en el Patricio de la Confessio, pero resignificándolo para darle un valor más acertada teológicamente, y muchas veces enfrentándose directamente a druidas. Tirechán, sin embargo, nos muestra los viajes de Patricio por Irlanda, con una intención propagandística para el dominio episcopal de Armagh, la comunidad que dominaba el culto al santo en toda Irlanda, que reclamaba su jurisdicción por las zonas benditas por el santo (Santos, 2020, pp. 202-217).

La figura del Patricio histórico ha sido completamente deformada por el Patricio hagiográfico, dificultando mucho su estudio. ¿Hay algo de cierto en el Patricio de las Vidas? ¿Cómo podemos ver a Patricio si sus principales biógrafos se centran más en su mitología que en su vida? A partir del siglo VII, sus leyendas emergerían como el mito fundacional de la Iglesia irlandesa, y acabarían convirtiéndose en un debate de índole política, mezclándose con las de Paladio y dificultando aún más su datación y estudio (Richter, 2005, pp. 41-48).

Fiesta de San Patricio en Moscú. 2012. 

Por tanto, solo sabemos, a ciencia cierta, que Patricio fue un britano-romano esclavizado por un noble guerrero irlandés y que, tras su huida, haría de la labor misionera por la isla su carrera vital, teniendo un éxito considerable, al convertir a gran parte de la isla. Nada más es seguro sobre su persona, e incluso el contenido de esos dos textos se puede poner en duda. Su figura, ya sea por su importancia misionera, su leyenda todavía viva o la importancia de sus fundaciones monásticas (como Armagh) fue recuperada en el siglo VII a través de la hagiografía. ¿Es posible que existiera hagiografía anterior? Sí, pero parece que la hagiografía en la isla aparece en ese siglo, como las Vidas de Brígida (Dawson, 2017,37-40).

Apenas sabemos nada de San Patricio, pero su importancia como símbolo del catolicismo irlandés y de Irlanda como país, así como la importancia de Armagh, el centro de su culto, ha permitido que esta persona real haya trascendido su propia vida y sea uno de los santos más reconocibles del mundo. Patricio, la persona, nada tiene que ver con Patricio, la leyenda. Y eso hace que si vida, y figura, tenga un valor. Conocer al Patricio real no es más importante ni más valioso que conocer al Patricio popular, símbolo de Irlanda. Ambos tienen su importancia y su lugar en la historia, y no podrían existir el uno sin el otro.


Entradas destacadas